Hay muchas maneras de comunicar. Casi podríamos decir que todo lo que hacemos en nuestra sociedad es comunicación, al menos todo lo que hacemos en público.
Al hablar de emisores de la comunicación, casi siempre nos hemos referimos a los medios, porque ellos tienen la capacidad de difundir exponencialmente cualquier información. Sin embargo, desde la aparición de la Internet la situación de la información en nuestra sociedad se ha ido haciendo cada vez más compleja, hasta el punto de que en el momento actual, en la época digital que estamos viviendo, todos somos receptores y todos podemos ser también emisores.
El desarrollo tecnológico ha cambiado el mapa de la comunicación. Ya no es obligatorio pasar por los filtros de la formación especializada ni tampoco el de la gestión de empresas dedicadas a esa actividad para que cualquier persona puede convertirse en emisor. Solo se necesita tener un dispositivo conectado a Internet. El resto es cosa de las plataformas tecnológicas que controlan las comunicaciones a través de redes sociales y plataformas audiovisuales.
En algunos aspectos es una ventaja y un avance, pero en otros es un inconveniente. El exceso de información embarra el terreno y la información falsa daña el conocimiento. La responsabilidad ética del emisor ha desaparecido. Cada cual se expresa como quiere y como sabe. El receptor necesita formarse mejor si quiere diferenciar el grano de la paja.
Pero además ya tenemos aquí nuevos fenómenos que sin duda cambiarán el estado actual de la sociedad de la comunicación. Por un lado, los mundos virtuales aumentan en importancia y en número. Por el otro la Inteligencia Artificial, al menos la Generativa, ha llegado para quedarse. Cada día aumentan sus perspectivas, y gana terreno en el área de la creación. Hay quien cree que pronto podrán prescindir de escritores, diseñadores...
La sociedad no puede situarse enfrente de todo ese avance y formar una barrera para no dejarlo pasar, porque solo conseguiría que pasara por encima de ella. La sociedad tiene que formarse para seguir el ritmo de ese movimiento y controlarlo sin quedarse atrás.
Autor: PABLO RODRÍGUEZ
Publicado en julio de 2018
Es un libro de carácter divulgativo. Hace un recorrido interesante sobre las perspectivas futuras de la IA, basado en la ayuda que prestará a la sociedad en numerosas áreas de la vida cotidiana. Advierte de algunos peligros, pero su visión es positiva y optimista.
El mito de la inteligencia artificial.
Autor: Erik J. Larson
Publicado en abril de 2021
Es un texto muy crítico. Pone en duda esa previsible supremacía que muchos creen que la IA alcanzará sobre la inteligencia humana. La actual IA General es débil, y ve difícil que pueda competir en el futuro con la inteligencia humana, cuando ni siquiera consigue comprender la complejidad del lenguaje humano, dotado como está de interpretaciones, sobreentendidos y carga emocional, imposible de plasmar en los algoritmos.
En resumen, el interés mayor de la IA, dice Larson, estriba en la explotación
tecnológica por parte de las grandes empresas que utilizan la gran capacidad de
recogida, almacenamiento y tratamiento de datos para intervenir en amplios
sectores económicos mediante herramientas poderosas cuya producción y venta
genera suculentos beneficios.
Cuatro lemas que definen el tipo de relación que se establece entre emisores y receptores cuando se pone en marcha el negocio de la comunicación.
La tele que nos ve,
la internet que nos rastrea,
la publicidad que nos persigue
y la propaganda que nos presiona.
Nacen de una serie de prácticas habituales que realizan los medios, las plataformas digitales y las webs en internet, los anunciantes de todo tipo de productos y los propagandistas políticos, que se asocian en el negocio para prestar servicios gratuitos a los receptores a cambio de obtener réditos a través de la venta de espacios publicitarios a los comerciantes, los primeros, de la venta de contactos y datos personales de los receptores, los segundos, de la venta de todo tipo de articulo a través de las ofertas de consumo que nos hacen de manera directa en cuanto abrimos una pantalla de cualquier dispositivo, los terceros y de la captación de seguidores o militantes, los cuartos.
Y aunque a veces abusan y se aprovechan de nuestra condescendencia o de nuestra pasividad y se convierten en las cuatro pesadillas del día, somos conscientes del intercambio existente y lo aceptamos con mejor o peor grado, porque no podemos prescindir de los servicios que nos prestan los medios de comunicación, si queremos fortalecer nuestro conocimiento.
Episodio disponible para ser escuchado en el Podcast: LA SOCIEDAD SENTADA
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