Sucedió en el Congreso, el miércoles 10 de abril en la sesión
de control al Gobierno, unos días antes de que yo publicara el Episodio 4 de La
Sociedad Sentada, en el que comenté en profundidad un chapucero tuit que
trataba de comparar los niveles de explotación de Empresa y Estado a partir de
los ingresos salariales de un trabajador y los impuestos que debe pagar al
Estado. Yo estaba acabando la preparación de ese episodio y curiosamente saltó
en las redes sociales otra historia similar. El asunto de los impuestos volvió
a aparecer y los datos falsos, exagerados, mentirosos o erróneos también.
En este caso la polémica de nuevo ha dividido las opiniones
alrededor de los dos grupos de siempre.
El vídeo que recoge el momento que hemos escuchado se movió
rápido por las redes sociales y la gente que las sigue ya ha tenido ocasión de
verlo y escucharlo cuantas veces ha querido.
«un español que
hoy perciba 15.876 euros, el salario mínimo interprofesional, que llega a su
bolsillo, Hacienda y el Estado se llevan 8.400 euros, un 54% del salario de
aquellos españoles que menos cobran».
La ministra le responde, claro.
«¿Cómo que un salario de 15.800 euros paga en
España 8.000 euros en el IRPF? ¿Pero quién le ha dado ese dato, Señor Figaredo?
Mire, le digo más, es que esa renta de Salario Mínimo Interprofesional está
exenta de pago del IRPF, con las modificaciones que hemos hecho».
Algunas cadenas de televisión lo sacaron enseguida, las redes
se hicieron eco de inmediato, y tuvimos servida una nueva polémica polarizada.
¿Intencionada? ¿Quién la inicia? ¿Los seguidores del diputado
de Vox, que lanzó un ejemplo falso para remover la arena? ¿O los seguidores de
la ministra que respondió confundiendo el IRPF con el total de la presión
fiscal en España? ¿Son datos veraces los que da el diputado Figaredo o se trata
de datos tomados al paso porque ni él ni sus asesores encontraron nada mejor
para llevar a la sesión de control del Gobierno?
¿Y qué pasa con la respuesta de la ministra de Hacienda? En realidad, ella lo que hace es devolver la pregunta, ¿quién le ha dado ese dato?, aunque confunda el todo con la parte. Y luego, sí, añade que esa renta está además exenta de pago de IRPF. La ministra se refiere a que en 2024 desaparece la imposición del IRPF al SMI, y todo señala que es así.
Pues bien. A pesar de la claridad de ambas intervenciones el
asunto originó una nueva batalla en el barro de las redes sociales, llena de
insultos y de descalificaciones.
Es curioso cómo se analizan las frases de cada uno en función
de la ideología del analista. ¿Estaré yo cayendo en lo mismo? Seguramente. El
caso es que me gusta analizar y comprobar todos los detalles. Me parece muy interesante
llegar al fondo de cada caso y poder tener una visión no inducida por otros.
Por supuesto también comparo y analizo otras versiones.
Pero lo que hay que tener en cuenta, sea quien sea el
analista son los datos objetivos. Si tú pones un ejemplo y das un dato asumes
que sabes que es un ejemplo válido porque encaja en la realidad. No puedes dar
un dato y cuando te rectifican con acierto responder que da igual porque lo
importante es que el mentiroso siempre es el otro. Eso es una defensa estúpida.
Los datos que se dan no se quitan. Esos datos se asumen y no
se desdicen porque sí,
y si quieres desdecirte lo haces, pero antepones una petición
de disculpa por el error cometido o lo justificas con una explicación clara y
demostrable.
No es necesario acusar a nadie para defenderse.
Es suficiente con que cada uno rectifique con humildad lo que
considere que ha dicho por error.
El primero que comienza a insultar y descalificar debe asumir
que a continuación puede ser insultado y descalificado también. Y eso es lo que
pretendes, y lo consigues, recibe mi más rastrera enhorabuena.
No es tan difícil ser honestos, pero hay que querer serlo. Y
desde luego, si por delante de tu honestidad pones tu fidelidad a una ideología
específica te va a costar un poco más ser honesto.
Si crees que podemos y debemos cerrar los ojos para no ver, y
así poder mentir y mentirnos sin que nos duela la conciencia, y todo lo haces en
favor de la ideología que te mueve, te va a ser muy difícil aceptar la realidad
y reconocer la verdad.
Pero si te gusta aprender, saber, conocer…,
analiza con una visión libre, no te dejes condicionar por
nada que pueda tergiversar los hechos o los datos.
Analizar lo que se dice en un video y lo que se escribe
después en las redes sociales es interesante siempre que se haga olvidando por
un rato que tenemos una moral y una ideología incrustada en nuestra mentalidad.
Miremos los hechos tal cual suceden. Aprendamos a mirar sin
las lentes ideológicas que tergiversan la visión. Si estamos en una habitación
y de pronto dejamos de ver con claridad, no acusemos a alguien por haber
apagado la luz, quitémonos las gafas de sol que nos acabamos de poner.
Analicemos con equidad.
Figaredo no menciona el IRPF, dice que Hacienda y el Estado
se llevan el 54% del salario, por lo que cabría suponer que se refiere al
global de impuestos que el trabajador debe pagar.
Aunque el tipo de porcentaje nos parezca alto, a priori,
debemos confirmarlo haciendo cálculos de los diferentes y posibles impuestos, y
a los tipos que sabemos que cotizan. Si acusamos sin hacer un solo cálculo,
solamente porque nos parece exagerado, no tenemos ningún argumento.
Para empezar, lo normal es aceptar que Figaredo habla del
global de los impuestos y no solo de IRPF. Es aceptable. No hay por qué poner
en marcha la ideología para interpretar el asunto al revés.
La ministra, es cierto, al responder al diputado Figaredo, se
refiere a ese porcentaje como si todo fuera en concepto de IRPF, cosa que no ha
mencionada específicamente Figaredo.
Pero como hay personas que lo han entendido del mismo modo
que la ministra, porque piensan igual o porque siguen al mismo partido
político, pues arremeten contra Figaredo.
Por el otro lado, los seguidores de Figaredo y su partido, rectifican a
la ministra y aprovechan para acusarla de mentirosa y de todo lo que les parece.
Sin embargo, entre unos y otros, entre quienes entraron a
opinar sobre el caso en la red social, sean de un lado o del otro, pocas
personas han señalado que, al margen de que se refiera al global de los
impuestos o al IRPF en concreto, el dato que da el diputado de Vox parece exagerado.
Podemos creer que la ministra lo resume en el IRPF porque es
sin ninguna duda, el principal impuesto, el que supone la mayor parte del
porcentaje. Podemos creer que ha confundido la parte con el todo por puro error.
Y podemos creer que la ministra miente, como dicen muchos de los seguidores del
diputado Figaredo y como dice él mismo en los tuits que escribe a partir de
haberse aireado el caso.
Sin embargo, antes de concluir nada hay que hacer las
comprobaciones, sería más fácil y mucho más razonable pensar que tanto el señor
Figaredo como la señora ministra han tenido un lapsus mental. Es decir, se han
equivocado. El uno por dar un porcentaje excesivo y la otra por confundir IRPF
con el total de los impuestos.
Hay errores muy simples, que podríamos obviar, porque todos
los cometemos. El de la ministra podría ser uno de ellos. También el de Figaredo,
cuando dice,
“un español que hoy perciba 15.876 euros, el salario mínimo
interprofesional, que llega a su bolsillo…”
Es obvio que esa no es la cifra que llega a su bolsillo, lo
que le llega es mucho menos, el mismo diputado lo confirma cuando dice que
Hacienda y el estado se quedan con el 54% de ese salario. Es un error obvio,
producto de un lapsus, y a nadie se le ocurre decir que miente por eso. Así que
todos podemos tener lapsus y cometer ese tipo de error.
A la ministra se le acusa de cometer otro error al decir que
el gobierno ya ha eliminado el IRPF para ese tipo de salario (SMI) y se
justifica porque de momento eso es solo una intención del gobierno, ya que no
se han aprobado aún los presupuestos de este año y por lo tanto se mantienen
los del ejercicio anterior, que no incluyen aún la exención de IRPF a los
salarios mínimos ¿Otro lapsus? ¿O es también otra mentira urdida a propósito?
Pues no, ni es una mentira ni es un lapsus. La ministra dijo eso porque el gobierno,
“Tras
aprobar la última subida del salario mínimo interprofesional en un 5% hasta los 15.876 euros brutos anuales en 2024 (1.134 euros mensuales), el
Gobierno elevó también el mínimo exento del Impuesto sobre la Renta
de las Personas Físicas (IRPF) hasta esa misma cantidad para que sus
perceptores no paguen el impuesto de la renta, que es precisamente lo que contestó a Figaredo. Montero, en su réplica (min.
6:01:37).
Lo hizo modificando el Reglamento del IRPF mediante el Real Decreto 142/2024. Con la entrada en vigor de la nueva norma en febrero se dejó de practicar retenciones de IRPF en las nóminas mensuales a los trabajadores con ingresos por debajo de ese umbral de 15.876 euros anuales.”
(texto tomado de la página web de newtral.es)
Pues a pesar de todo, en las redes la disputa siguió sin cambiar un ápice. Se ha demostrado en muchos análisis hechos que los datos que dio Figaredo eran erróneos, falso o inventados,
Sin embargo, él mantuvo su tesis inicial, y en sus
comentarios en las redes sociales trató de buscar justificaciones sin ningún
sentido, si le echaban por tierra lo del IRPF, pues decía que la cifra se debía
a las cotizaciones a la Seguridad Social,
(pero se refería a lo que paga la empresa por cotizaciones,
cifra que por supuesto no está integrada en los 15.876 del SMI)
por lo que salía de una para meterse en otra mayor,
y cuando se le demuestra que desde febrero 2024 ya no se
realizan retenciones de IRPF a las rentas de SMI, acaba escribiendo:
que no les harán las retenciones pero que luego tendrán que
pagar cuando hagan la declaración.
Una mentira más, porque, como ya se ha dicho; el gobierno,
tras aprobar la última subida del SMI, elevó también el mínimo exento del IRPF
hasta esa misma cantidad para que sus perceptores no paguen el impuesto de la
renta.
Como vemos, otra corrección improvisada que solo pretendía salvar
la ridícula situación en la que había caído, y que solo le sirvió para poner
más en evidencia todavía la flaqueza de su intervención en la Sesión de Control
al Gobierno.
También ha servido, y mucho, para quienes quieran tomar nota
del valor que tiene elegir bien a los diputados, de que no es una cuestión de
ideología ni de partidos, sino de personas capaces, de personas trabajadoras,
que se forman, que conocen, que se asesoran y que demuestran que hacen y saben
hacer su trabajo.
Ese señor que esgrime razonamientos tan cutres, que cuando se
ve pillado en sus mentiras miente aún más para defenderse de lo indefendible,
pero que además resulta que es un trabajador a cargo del estado, es decir, que
cobra, y bien, del dinero que recauda el estado, sí, de ese dinero infame que
el maligno estado recauda, según dice él, restándolo de los salarios de los españoles
que ganan menos,
y añado yo, dinero que utilizan para pagarle un buen sueldo a
algunos diputados que no se esfuerzan lo suficiente, porque acuden a la Sesión
de Control del Gobierno sin haber preparado su intervención, de manera que van,
sueltan dos datos erróneos y una acusación absurda, y se van a su casa
orgullosos y convencidos de que acaban de dar un buen palo al Gobierno, porque
les han aplaudido los compañeros de partido y algunos diputados más, de
partidos del mismo bando, que aprovechan la ocasión para meter ruido y cizaña.
Cuánta estupidez y cuánta incongruencia.
Llegados a este punto, vuelvo a recordar el caso del tuit de
Marcos de Quinto que analizamos en el anterior episodio (el 4º) de este mismo
Podcast.
En ese ejemplo, se aplicaba casi un 47% (el máximo del IRPF)
a todo el salario, sin tener en cuenta los tramos progresivos, también aplicaba
todo el IVA al 21%, como si no hubiera consumo de productos básicos al 0%, y
otros productos al 4% y al 10%.
Un caso en el que lo principal era la enorme distorsión de
las cifras. Un caso en el que el autor del tuit pretendía defender al pobre
trabajador ante la avaricia del estado. Un caso en el que el objetivo estaba
centrado en una comparación fantasma. Un caso con argumentos incompatibles,
premisas conectadas entre sí por el palo de una escoba y conclusiones preparadas
de antemano, que nada tenían que ver con el procedimiento lógico que soporta
ese tipo de comparaciones.
Lo traigo de vuelta, no porque el caso Figaredo sea una
chapuza como aquella, que lo es, sino porque ambos coinciden en el mismo
objetivo.
Ambos son, curiosamente, empresarios defensores del
trabajador frente a la avaricia del estado. Pero a diferencia de aquél, el
protagonista de hoy no pretende montar una farsa fingiendo una comparación
empresa-estado. Figaredo es más osado y va directamente a por el estado y nos
ahorra las comparaciones incomparables del otro.
Si realizáramos el mismo tipo de cálculos que hicimos en el
caso anterior, para comprobar con unas cifras más reales, lo que en este caso
habría pagado el trabajador en concepto de impuestos, IRPF incluido, en el
ejercicio de 2023,
le deduciríamos unos 1.008 euros por cotizaciones a la
Seguridad Social por parte del trabajador, y unos 3.187 euros en concepto de
IRPF, aplicando los tramos y porcentajes correspondientes, lo que supondría un
tipo aproximado del 20%.
Imaginemos que paga un IBI de 500 euros (porque es propietario
de vivienda, porque si viviera en casa de alquiler lo iba a tener mal para
pagarlo)
Suponemos que la cantidad que le resta la gasta toda y que no
ahorra nada, porque es imposible ahorrar con ese salario, y aplicamos un IVA del
10% (podría ser menor) a todo ese gasto, porque suponemos también que Figaredo
no haría lo mismo que el tuitero de nuestro anterior episodio, ése que pagaba en
todos sus gastos, incluido el pan y la leche, el 21% en concepto de IVA.
En resumen:
Después de este rápido análisis cabe concluir que el dato de Figaredo,
que dice que el estado se lleva el 54%, no es correcto.
Según nuestros cálculos, usando los datos seguros que
conocemos, el porcentaje estaría en un 36,62 %.
Ahora podríamos preguntarnos: ¿Es mucho lo que se quedaría el
estado, para un salario tan bajo?
Sí, lo es. De hecho, el propio gobierno lo entiende así. Ya que
como se ha comprobado, para el año 2024 esos salarios estarán exentos de pagar
IRPF.
Así que, aunque el Señor Figaredo se refería al global de los
impuestos y no específicamente al IRPF. Los datos que da son erróneos, incluso en
el caso de los impuestos correspondientes al año 2023.
Por lo tanto, las explicaciones que dio en el Congreso y las posteriores
que publicó en las redes sociales no eran correctas, así que mintió de forma
reiterada para cubrir datos falsos, de manera que cabe volver a preguntarle
otra vez:
¿quién le ha dado esos datos, Señor Figaredo?
Que nos lo diga, por favor.